Parroquia Seminarística Santiago Apóstol
Tantoyuca Veracruz
Septiembre mes de la Biblia
La importancia de la Biblia en la vida de la Iglesia y de cada cristiano...
+ La Biblia don de Dios a la Iglesia:
El don de la Sagrada Escritura es el regalo más grande a la Iglesia. Con este don, Dios queda presente por su palabra en medio de su Pueblo (La Iglesia).
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Queda presente para hablarle a todos sus hijos en la Iglesia y personalmente.
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Su Palabra está al alcance de todos y a todas horas. Dios está presente para guiar a todos.
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La Palabra es de gran importancia para la fe y para la vida de la Comunidad.
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La Iglesia corresponde a ese don:
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La proclama continuamente en los Sacramentos.
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La proclama a todos para que la escuchen, la conozcan, la sigan y se salven.
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En la Palabra y la Eucaristía tiene su pan de vida.
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La estudia y profundiza. Recomienda a todos su estudio.
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La difunde para que brille en el mundo a todos los hombres.
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+ La Biblia: Libro Sagrado:
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La Biblia está relacionada con la presencia y acción de Dios.
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Nos habla de las cosas de Dios, de su plan de salvación, de su amor, etc.
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La Biblia es el gran tesoro de la Iglesia, de todos los cristianos, de la humanidad entera.
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Su estudio promoverá la vida de oración, fortalecerá nuestra fe, nuestra caridad y esperanza.
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Su reflexión nos llevará por el camino de la verdad y hacia la santidad.
+ La Biblia, libro de Fe:
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Nuestra fe cristiana está íntimamente relacionada con la Sagrada Escritura.
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El Libro Sagrado contiene la Revelación de Dios, las verdades de nuestra Religión.
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Las verdades sobre Dios. Las verdades sobre los hombres.
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Las verdades sobre lo que los hombres deben hacer para salvarse.
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La lectura de la Biblia fortalece nuestra fe y nos acerca a Dios, fuente y fin de la fe.
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La lectura de la Biblia nos va confirmando en la fe. Nos mueve a creer con más convicción.
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La lectura de la biblia madura nuestra fe, nos hace adultos en ella.
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La lectura de la Biblia activa nuestra fe: mueve el corazón y la voluntad.
+ La Biblia, el libro de Jesucristo:
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Quien se acerca a la Biblia, se acerca a Jesucristo.
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Quien se acerca a Jesucristo y lo escucha se salva, quien no lo hace se condena.
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En la Sagrada Escritura conocemos, amamos seguimos y servimos a Jesucristo.
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Los Libros Sagrados van preparando el camino de Jesucristo.
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La lectura de la Biblia nos hace amar a Jesucristo y a imitarlo.
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Jesucristo es el centro del mensaje bíblico, siempre debemos mirarlo a Él.
+ La Biblia, libro de Oración:
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La oración aparece por doquier en la Biblia, son formas de comunicación con Dios. Leámosla.
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La lectura de la Biblia, eleva nuestra mente a Dios, porque pensamos en Dios.
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Por la lectura de la Biblia dialogamos con Dios, iluminados y animados con su Palabra, se nos van los miedos, hay confianza, alegría y nos ponemos en las manos del Padre.
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La lectura de la Biblia es oración (Salmos).
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Leamos la Biblia como libro de oración, aprendamos a rezar con Ella.
+ La Biblia, libro de unidad:
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La Biblia nos dice que el plan salvífico de Dios es salvarnos a todos, como Iglesia. No solos.
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La Biblia nos enseña a vivir en comunión con Dios y con el prójimo.
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La lectura de la Ley Santa nos une para seguir un mismo camino.
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La lectura de la Biblia nos une en un mismo creer, una misma fe, todos hermanos.
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La lectura de la Biblia nos une en una misma norma de vida: Amor a Dios y al prójimo.
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Dios nos envía su Palabra para que vivamos unidos, como hermanos. (Jn 1, 11)
+ La Biblia, libro de Amor:
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La Biblia nos habla del amor, del amor verdadero, del amor santificado por la gracia.
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Biblia es un Himno al Amor, al amor que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos brindan.
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La manifestación más grande del amor de Dios la tenemos en el Verbo encarnado: JC.
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La lectura de la Biblia nos lleva a amar a Dios, que nos da el don de la vida.
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La lectura del Libro Sagrado nos lleva a amar la Santísima Trinidad con la nuestra mente.
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La lectura de la Biblia nos lleva a amar al prójimo y nos forma en el amor.
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La lectura de la Palabra nos libera de todo lo que se opone al verdadero amor.
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Hay que leer la Biblia como un libro de amor, debe llevarnos a creer en el amor.
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La lectura de la Biblia transforma a los pecadores en santos, leyéndola en el amor.
+ La Biblia, libro de Conversión:
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Por la conversión nos vamos alejando del mal y acercándonos a Dios.
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Dios quiere que vivamos como hijos suyos, por eso nos invita a la conversión.
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La lectura de la Biblia cambia nuestra forma de pensar y actuar.
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La lectura de la Sagrada Escritura nos lleva a odiar el pecado y a huir de él.
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La Lectura de la Escritura nos da confianza en la misericordia divina.
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La lectura de la Biblia va creando en uno un corazón recto y puro, para ser discípulos de JC.
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La lectura de la Biblia debe hacernos reflexionar seriamente en nuestra vida cristiana.
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La lectura de la Biblia debe animarnos a dejar el pecado, todo pecado.
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La lectura de la Biblia debe fomentar en nosotros a vivir las virtudes evangélicas.
+ La Biblia, libro de santificación:
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En las páginas de la Biblia se nos enseña cómo trabajar por nuestra santificación.
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La lectura de la Biblia nos hace sabios y prudentes y alcanzar la perfección.
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La lectura de las Santas Escrituras nos impulsa a seguir el camino de la perfección.
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La lectura de la Escritura nos hace desear la perfección, amar las virtudes y a ejercitarlas.
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La Biblia es el libro privilegiado de nuestra formación moral y religiosa. Es Palabra creadora.
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De la lectura de la Ley Santa han salido los mártires, los héroes de la caridad, los santos.
+ La Biblia, libro de esperanza:
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La esperanza cristiana hay que avivarla, acrecentarla y fortalecerla leyendo la Palabra.
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La Biblia es para hacernos hombres de eternidad. Hombres que confíen en Dios.
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La Biblia nos da a conocer lo que habrá más allá de esta vida.
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La lectura de la Biblia aviva y acrecienta nuestra esperanza en Dios.
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La lectura de la Biblia nos da consuelo, serenidad y paz.
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Su lectura es alivio para la tristeza, aclara nuestras dudas, da paz sobrenatural.
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La lectura de la Biblia nos eleva al cielo y nos hace pensar en la eternidad.
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Hay que leer la Biblia como libro de esperanza, habla de nuestro futuro.
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La Biblia sigue siendo el Libro de la gran esperanza del Nuevo Pueblo de Dios: La Iglesia.
Por todo esto, nos decía Paulo VI: “Trabajen para que se difunda el amor, el estudio, la meditación y la vivencia de la Palabra divina que la Sagrada Escritura contiene y nos ofrece”.
Nos preguntamos y reflexionamos: ¿Qué lugar ocupa la Sagrada Escritura en mi vida? ¿Conozco la Sagrada Escritura? ¿Lee mi familia la Sagrada Escritura? ¿Tengo alguna Biblia en mi casa? ¿La tengo guardada o en el altar de mi casa?
Nos comprometemos: De ahora en adelante empezaré a leer un poquito de la Palabra de Dios o le pediré a mi familia que me la lean, para conocer más del amor que Dios me tiene y que se ha manifestado en su Hijo Jesucristo que vino a salvarle.
Oramos a Virgen: De pie. Santa María, mujer que llevaste en tu seno la Palabra y que nos la diste en tu Hijo Jesús, ayúdanos para que esa Palabra guíe nuestra vida, ahora y siempre. Dios te salve María…
Pbro. Ángel López López