Pastoral Familiar

 

ASESOR: PBRO. ANTONIO GODOFREDO LERDO PONCE

• MFC

• DINÁMICAS MATRIMONIALES

 

IDENTIDAD

136. Confesamos que cada familia es tan sagrada como la familia formada por Jesús, José y María. Queremos impulsar la pastoral familiar como eje transversal de toda la acción pastoral, proclamando el evangelio de la vida, promoviendo la cultura de la vida y trabajando para que los derechos de la familia sean conocidos y respetados. Queremos que la familia se desarrolle como una comunidad de discípulos misioneros, formadora integral de personas. Queremos atenderla adecuadamente por ser la célula básica de la sociedad y una institución fundamental para la vida.

137. Queremos que todas las pastorales, movimientos y asociaciones matrimoniales se integren en un proyecto parroquial. Queremos formar a los miembros de todos los grupos familiares en el itinerario discipular cristiano y misionero. Igualmente queremos atender a todas las familias que viven en situaciones difíciles: madres adolescentes y solteras, viudas y viudos, ancianos y niños abandonados. Para esto habremos de establecer programas de formación y acompañamiento para la paternidad responsable.

138. Creemos que la familia es un tesoro de la Iglesia y patrimonio de la humanidad. Queremos, como discípulos misioneros, trabajar para que la familia asuma su ser y su misión en el ámbito de la sociedad y de la Iglesia. Confesamos que a partir del sacramento del matrimonio la entendemos como santuario de la vida y formadora de personas y educadora en los valores.

139. Optamos por una Pastoral Familiar real y operante que propicie que cada familia sea en verdad, formadora de personas, educadora en la fe, comprometida en el desarrollo integral de los miembros. Para ello es urgente una amplia catequesis, incluso presacramental, sobre el ideal cristiano de la comunión conyugal y de la vida familiar, que incluya una espiritualidad de la paternidad y maternidad. Es necesario prestar mayor atención pastoral al papel de los hombres como maridos y padres, así como a la responsabilidad que comparten con sus esposas respecto al matrimonio, la familia y a la educación de los hijos.