Parroquia Seminarística Santiago Apóstol
Tantoyuca Veracruz
Reflexión del XXIX Domingo Ordinario
QUIÉN QUIERA SER PRIMERO, QUE SEA EL ESCLAVO
Is 53, 10-11; Sal 32; Heb 4, 14-16; Mc 10, 35-45
XXIX domingo ordinario ciclo b
18 de octubre de 2015
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
En aqel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte". Él les dijo: "¿Qué es lo que desean?" Le respondieron: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les replicó: "No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?" Le respondieron: "Sí podemos". Y Jesús les dijo: "Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quien está reservado".
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos". Palabra del Señor
Ubicación del texto
Este episodio del evangelio de Marcos cierra las narraciones de los tres anuncios de la pasión del Señor, señalados en: Mc 8,31; 9, 31 y 10,33. Jesús junto con sus discípulos van camino a Jerusalén. Él les anuncia el desenlace fatal que va a vivir; los invita a que lo sigan y sean capaz de cargar la cruz. Los doce no entienden y se enfrascan en discusiones e ilusiones banales propias del ser humano.
En el evangelio de Mateo es la madre quien le solicita a Jesús la intención de los primeros lugares; en Marcos son ellos quienes le piden a Jesús ser colocados uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Las discusiones acerca de la grandeza y la pequeñez son muy frecuentes entre las personas religiosas de Palestina, por eso la solicitud de Santiago y Juan no le resulta tan extraña a Jesús. Ya el mismo texto de Marcos 9, 34 dice: que “por el camino habían discutido quien era el más grande”.
Ser el primero = poder
En boca de Pedro los apóstoles han reconocido a Jesús como el Mesías esperado (Mc 8, 27ss), es decir aquel enviado por Dios y por lo mismo con poder; de tal manera que si Él tiene poder, algunas migajas les tocarán a ellos. De ahí que es explicable su actitud, la ambición los ha vencido, tener poder es un asunto muy enraizado en el corazón ser humano.
Dicho poder se busca y se consigue a base de relaciones humanas; por ejemplo Herodes se ha adueñado del poder en base a relaciones con los emperadores romanos. Santiago y Juan son cercanos a Jesús y quieren aprovechar ese “plus” que les da el momento.
Así pues, gobernar para ellos es dominar. Y quien gobierna (domina) tiene todos los privilegios, tiene todos los aplausos, elogios, caravanas y todas las atenciones, ocuparán siempre los primeros lugares por tanto, desean fervientemente estas prerrogativas.
En nuestro tiempo tenemos muy presente esta imagen piramidal del poder y se participa de dicho poder en la medida en que estés cercano al que ésta en la cúspide. De ahí que participar de más poder es irse acercando, es escalar puesto para aproximarse cada vez más a la cúpula del poder. La manera de abrir ésta brecha se consigue de múltiples y variadas formas.
Puestos de honor
Jesús sabe perfectamente lo que hay en nuestro interior, escruta lo más profundo de nuestro ser. Él habla sabiamente y su Palabra siempre nos ilumina, nos da grandes lecciones o cátedras a partir de la vida.
Él ve, escucha y habla acerca de lo que van discutiendo los discípulos, sabe de sus alegatos, intenciones, confusiones y ambiciones. Aprovecha esta situación como un punto de partida para dar una magistral enseñanza.
En primer lugar, nos recuerda que sentarse a la derecha o izquierda no le toca a Él, eso ya está reservado. Se trata de un rechazo de aquellos que relacionamos la autoridad eclesiástica con privilegios. Los puestos de honor en el reino no son precisamente para quienes ejercemos una función dentro de la Iglesia; sí en el plano humano o terreno un puesto de honor se consigue con saber relacionarse con las autoridades de arriba, en el plano divino no es así. El que quiera ser grande, dice el Señor tiene que ser el servidor, el que quiera ser el primero que sea el esclavo de todos.
Ser el primero = ser servidor
El Maestro no permite que los suyos se dejen llevar por la mentalidad humana, por el pensar temporal, por ideales banales.
Nosotros los seguidores de Jesús somos servidores del pueblo de Dios; sin embargo en muchas ocasiones son sólo buenos deseos, recitaciones de buenos propósitos, porque en ocasiones el servidor se ha convertido en el dominador, ya que se adueña de la verdad, de la justicia, del bien y/o del poder (parroquia, grupo, comisión, etc.). Imponemos nuestra voluntad y se ejerce un control, a veces absoluto. Esto es un insulto a la Palabra, a la verdad, a la honestidad, a la fidelidad de la palabra dada al servicio y por su puesto al mismo Jesús. Por tanto, hablar de inferiores y superiores es un absurdo, en la comunidad de Jesús.
El Maestro es el verdadero modelo porque no gobierna (tiraniza), no impone, no controla, no ambiciona ningún poder, no se abriga en títulos honoríficos, no busca su propio interés. Él ha venido para enseñarnos que servir es dar la vida.
Nuestra Iglesia requiere de personas dispuestas a gastar la vida por el proyecto del Maestro y no por otras intenciones. Se necesita en nuestra Iglesia discípulos que trabajen de manera callada, por un mundo más humano, urgen discípulos que se impongan por su calidad de vida en el servicio.
¿Estoy dispuesto a sacrificar de mi tiempo para brindar algún servicio comunitario? ¿Tus cualidades, habilidades, carismas y dones los pones al servicio de los demás? ¿Cómo es tu comportamiento cuándo has ocupado algún puesto? ¿El cargo te hizo perder el piso o te mueves con mucha naturalidad y sencillez? ¿En tu cargo impones o sabes escuchar a los demás? ¿Cómo crear un ambiente en el que no estemos marcados por los rangos o puestos y propiciar un clima de fraternidad? ¿Mi profesión o mi vocación son para servir o para servirme?
Pbro. Gilberto Lorenzana González
Formador en el seminario
Diócesis de Tuxpan