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COSMOVISIÓN, SIGNIFICADO DE LOS RITOS DE XANTOLO EN NUESTRA CULTURA

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Gráficamente, la idea de la muerte como un ser descarnado siempre estuvo presente en la cosmovisión prehispánica, de lo que hay registros en las etnias totonaca, nahua, mexica y maya, entre otras. En esta época era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. El festival que se convirtió en Xantolo se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar mexicano, iniciando en agosto y celebrándose durante todo el mes.

 

Para los indígenas la muerte no tenía la connotación moral de la religión católica, en la cual la idea de infierno o paraíso significa castigo o premio; los antiguos mexicanos creían que el destino del alma del muerto estaba determinado por el tipo de muerte que había tenido y su comportamiento en vida. Por citar algunos ejemplos, las almas de los que morían en circunstancias relacionadas con el agua se dirigían al Tlalocan, o paraíso de Tláloc; los muertos en combate, los cautivos sacrificados y las mujeres muertas durante al parto llegaban al Omeyocan, paraíso del Sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. El Mictlán estaba destinado a los que morían de muerte natural. Los niños muertos tenían un lugar especial llamado Chichihuacuauhco, donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche para que se alimentaran.

 

En el siglo XVI con la conquista española se da un sentido nuevo a esta tradición, en la que los evangelizadores hablan de un solo Dios, y con cierto paralelismo al calendario azteca, el calendario litúrgico marca una fecha especial para la solemnidad de todos los santos y conmemoración de los fieles difuntos señalando las fechas 1º y 2 de noviembre para estas celebraciones.

 

Desde luego, la esencia más pura de estas fiestas se observa en las comunidades indígenas y rurales, donde se tiene la creencia de que las ánimas de los difuntos regresan esas noches para disfrutar los platillos y flores que sus parientes les ofrecen. Las bellas creencias y tradiciones de nuestra cultura huasteca mencionan lo siguiente:

 

Las ánimas llegan en forma ordenada. A los que tuvieron la mala fortuna de morir un mes antes de la celebración no se les pone ofrenda, pues se considera que no tuvieron tiempo de pedir permiso para acudir a la celebración, por lo que sirven solamente como ayudantes de otras ánimas. El 28 de octubre se destina a los muertos que fueron asesinados con violencia, de manera trágica; el 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados y a los más pequeños, respectivamente; el 1 de noviembre, o Día de Todos los Santos, es la celebración de todos aquellos que llevaron una vida ejemplar, celebrándose igualmente a los niños. El día 2, en cambio, es el llamado Día de los fieles difuntos, la máxima festividad de su tipo en nuestro país, celebración que comienza desde la madrugada con el tañido de las campanas de las iglesias, los cohetes y la práctica de ciertos ritos, como adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas, los que tienen un gran significado para las familias porque se piensa que ayudan a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte.

 

Niveles del altar

 

Los niveles en el altar de xantolo representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona a la que se le dedica el altar.

  • Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra representando los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.

  • Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Los evangelizadores dieron un sentido nuevo, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el paraíso, o ben, la Santísima Trinidad.

  • Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual. Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales. Se asocia el número siete con el número de destinos que, según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte

 

Representación del fuego: Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los cuatro puntos cardinales.

 

Representación del agua: El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed.

 

Representación de la tierra: En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo.

 

Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viaja desde el cielo para que conviva ese día con sus deudos.

 

Arco. El arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se forran las varas de palo sol con hojas de limonaria, rama iglesia, palmilla, se le adorna y da colorido con flor de cempasúchil, bojolillo y mano de león que se amarra con palma o izote.

 

Papel picado. Es considerado como una representación de la alegría festiva de vivir.

 

Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar, o se pueden poner sobre una penca de mata de plátano.

 

Agua. El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el cielo.

 

Flores. Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo. Son la bienvenida para el alma, la flor blanca representa el cielo; flor amarilla la tierra y la morada el luto.

 

La cruz e imágenes de la Virgen María y los santos: van en la parte superior del altar, y es para recordar que Cristo compartió con nosotros la muerte pero vive en nosotros, y de los santos las colocamos para imitar su ejemplo de santidad.

 

Imagen del difunto. Se colocan de bajo de la imagen de Cristo y de los santos y es a ellos a quien es dedicada la ofrenda.

 

Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.

 

Calaveras. Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte.

 

Comida. Según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla nacional como mole, tamales etc., presente en muchos altares. Se deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza,la mandarina, naranja, y por supuesto, alimentos hechos de maíz.

 

Pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. Tiene un par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos y ajonjolí que representa las lágrimas de las almas que no pueden descansar en paz. Este pan desciende del pan de maíz hecho por las civilizaciones del México antiguo. El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de muertito o de domo redondo, adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.

 

Bebidas. Son bebidas del gusto del difunto. Las principales son el Chocolate, el atole de maíz, refrescos, y también los denominados “trago” Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.

 

Objetos personales. Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida. En caso de los niños, se emplean sus juguetes preferidos.

 

Camino de flor: desde la puerta de la entrada del terreno hasta el altar formado con flor de cempasúchil para guiar a las almas que vienen por su ofrenda.

 

Danzas: No queda atrás la danza llamada de los “Viejos”, los varones de las diferentes colonias salen por las calles a danzar. Una parte importante del ritual son los trajes o disfraces que invariablemente incluyen una máscara elaborada de madera y toda la creatividad de quien lo porta, y pueden ser de personajes diversos aunque los tradicionales son la calavera, el diablo, y la mujer embarazada que representan a la muerte, el mal y la vida, respectivamente. Además el vaquero es la guía que se encarga de anunciar la casa en la que se bailará pitando un cuerno elaborado de un cuerno de toro, mientras se interpretan sones alusivos a los animales propios de la región, como la cotorrita, el pajarito verde, el caballito, el borrego. Gracias a la máscara los vivos engañan a la muerte, que aunque ronda cerca y está al acecho, no puede identificarlos ni llevárselos al otro mundo.

 

Todo lo anterior es la bonita tradición que narran nuestros padres y abuelos y que con mucho amor van heredando a las nuevas generaciones. Lo referente a la muerte no es para nada un culto a ella, ya que como sabemos ésta fue vencida por Cristo; más bien al recordar a nuestros seres queridos ya difuntos manifestamos la gozosa esperanza de que la vida no terminó el día de su muerte corporal sino que todos aspiramos a una vida eterna con todos los Santos, y nuestro creador nuestro Padre Dios. Y ahora que ya conoces los signos de nuestra cultura te invitamos a adornar tu altar con todos estos elementos según tu creatividad. Celebremos con alegría las fiestas de XANTOLO.

 

 

OFICINA DE REDACCIÓN

LITURGIA Y PIEDAD POPULAR

PARROQUIA SANTIAGO APÓSTOL

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