Parroquia Seminarística Santiago Apóstol
Tantoyuca Veracruz
POSADAS, "POSADAS" Y "PREPOSADAS"
Por Oscar Jassiel Cruz Martínez
Quiero hablar de dos cosas, lo que en realidad son las Posadas Navideñas y, de las otras fiestas que algunos mal interpretan y llaman Posadas y hasta la invención de las “Pre-posadas”.
Diversas publicaciones coinciden con el origen de las posadas, como es el caso del libro La Navidad en México. Orígenes y celebraciones, vol. II, del Padre José Luis Fernández Martín, quien lo expresa del modo siguiente:
“Hablar de las “Posadas”, en México, es hablar de una tradición religiosa muy mexicana. La costumbre se remonta a los primeros misioneros venidos de España a México-Tenochtitlán, especialmente esos grandes visionarios evangelizadores, como lo fueron los padres Agustinos, franciscanos, dominicos y posteriormente los jesuitas quienes se dieron a conocer con los famosos autos sacramentales. Los misioneros, para poder evangelizar, transformaron las fiestas prehispánicas en fiestas cristianas”.
En el párrafo anterior nos habla de un origen; en la revista “Actualidad Litúrgica” del bimestre noviembre-diciembre de este año en la sección “El Origen de las Posadas”, el Padre Alberto Aranda escribe una aproximación tentativa, ya que no hay datos históricos del origen como tal, lo que sí puedo decir es que en nuestro país es una tradición popular, arraigada en nuestros pueblos y también en las ciudades, con algunas características peculiares, y ¿en qué consisten?
Aunque muchos tenemos la experiencia, o por lo menos el conocimiento de oídas, se puede decir que se trata de una Paraliturgia. Desde inicios del siglo XX se hacían “celebraciones de la Palabra” con lecturas Bíblicas, comentarios, oraciones y cantos, al modo de la segunda parte de la Misa, esto no estaba aprobado oficialmente por la Iglesia, por lo que se les llamaba “paraliturgias”, es decir, celebraciones, que sin que fueran oficialmente litúrgicas estaban hechas como el nombre lo indica, en una línea directamente de preparación a la liturgia. Las “Paraliturgias”, por su parte, han sido celebraciones mucho más libres, pensadas y organizadas para vivir de modo práctico algún aspecto de la liturgia. En este caso en nuestra ciudad de Tantoyuca se realizan como sigue:
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Se eligen los últimos 9 días antes de la Navidad, o bien los últimos días del tiempo de adviento, cada día una familia es elegida para recibir la posada.
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El primer día las personas parten de la parroquia o capilla con las imágenes de los peregrinos María y José, hacia la primera casa donde se pedirá posada.
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Durante el camino se reza el Santo Rosario, se entonan cantos de adviento o villancicos, se cantan las letanías, se echan vivas, la gente lleva sus velas y luces de bengala.
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Al llegar a la casa, a puertas cerradas se pide la posada con los versos conocidos, los cuales se turnan dentro y fuera de la casa, este canto culmina con la recepción de los peregrinos a la casa de la familia que gustosamente ha preparado su hogar para todos los asistentes.
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En seguida viene la Paraliturgia que consiste en una celebración de la Palabra que nos habla acerca de María y José que por mandato del emperador habían salido a Belén a empadronarse y ciertamente anduvieron en busca de posada, la cual no hallaron; se prosigue a la reflexión de la lectura actualizada a nuestros días, hecha por un(a) catequista, religiosa o algún miembro de la familia, culminando la celebración con la oración del Padre nuestro y algunas otras oraciones que proponen algunos esquemas.
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Finalmente viene un momento de convivencia, en la cual la familia que ha recibido la posada comparte alimentos como: Tamales, Zacahuil, atole de maíz, de leche, de naranja, o el tradicional ponche; a los niños se les invita a romper la piñata, que por lo general es de 7 picos que representan los 7 pecados capitales, ésta es muy bonita y colorida tal como se presenta el pecado en nuestras vidas (muy tentador), el palo con el que se rompe la piñata representa la fuerza y la gracia que Dios da a sus hijos para vencer los pecados capitales, la venda con la que se cubren los ojos de quienes buscan romper la piñata representa la fe con la que los cristianos luchamos contra el mal. Al romper la piñata y recibir la fruta o dulces se debe entender que gracias a la fe y la gracia se destruye el mal y se reciben los frutos de Dios. También se regalan envoltorios, se queman cohetes, las casas son adornadas con luces, globos, matas de plátano, heno, etc.
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Al día siguiente de la casa donde se recibió la posada, salen nuevamente peregrinos hacia la segunda casa, y así sucesivamente hasta llegar nuevamente a la Parroquia o capilla donde se lleva a cabo la celebración de la Navidad, cada día es una lectura diferente, una reflexión diferente.
Como ven es un ambiente litúrgico y familiar, esto nos prepara para la Navidad de Jesús, las posadas nos ayudan a entender con claridad en qué consiste la Navidad: Alegría, unidad, fraternidad, paz, familia, amor.
Por otro lado presento lo que Manuel Gutiérrez Nájera escribe: “Cada año se lamenta en todos los tonos la decadencia de estas fiestas encantadoras. Cada año mueren las posadas, las enterramos, se pronuncian discursos en sus funerales y al siguiente año resucitan”. El diario del hogar, del 15 de diciembre de 1882, reporta: “Antiguamente, la ceremonia de las posadas revestía un carácter enteramente místico; el progreso le ha dado una forma profana”.
Si, se llegaron a convertir las “posadas” en bailes y festejos profanos, y hasta se inventaron las “preposadas”. Con tristeza se van perdiendo las verdaderas raíces y sobre todo el sentido, ya que las posadas son una piedad popular y pueden celebrarse de acuerdo a la cultura y tradición de cada pueblo, pero cuidando los valores cristianos, ya que con tristeza hoy oímos decir que nos invitan las posadas en el trabajo, en la oficina, en el sindicato, en el reencuentro de amigos, en las discotecas, solo falta que en las cantinas nos inviten a las posadas navideñas, pero no estamos lejos, en estas fiestas que llaman “posadas” o… “preposadas” porque algunos la celebran fuera de tiempo, abunda el consumismo, el derroche de dinero, las grandes comidas, las grandes bebidas, el alcohol, el chisme, la diversión desenfrenada, a diferencia de las tradicionales posadas la asistencia a esas fiestas es solo para unos cuantos, o sea hablamos de un egoísmo, y puedo mencionar más pero creo que con esto entendemos que esas fiestas no pueden llamarse posadas, ya que para nada le abrimos nuestro corazón a Jesús, el Niño Jesús no cabe en esos lugares, nada tiene que hacer.
La invitación es a que si tú celebras una posada, con tu familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo; tal vez no hagas una paraliturgia, no reces el santo rosario, pero al menos fomentes la buena convivencia, el buen esparcimiento, puedes invitar a la gente de bajos recursos a tu posada, puedes compartir un poco de lo que tienes, en lugar de derrocharlo en cosas comerciales. Celebremos Cristianamente nuestras Posadas. Y como en la jaculatoria podamos decir: “Jesús, José y María, Os doy el corazón y el alma mía”.